Los probióticos ayudan a equilibrar la flora intestinal, ya que luchan contra las toxinas que entran en el sistema digestivo y reducen la inflamación que pueda presentarse en el intestino.
Investigaciones más recientes han demostrado que estas “bacterias buenas” como se les conoce por sus aportes a la salud, también combaten la inflamación de la piel y algunas condiciones que derivan de ello, como el acné y la rosácea.
La Dra. Whitney Bowe, profesora asistente de dermatología en el Mount Sinai Medical Center en la ciudad de Nueva York, estudió los efectos en la piel de los probióticos y encontró que, ya sea que los consumamos en forma de alimentos (como en el yogur, sopa de miso o en el kéfir), en suplementos o de manera tópica (mascarillas de yogur), pueden ayudar a disminuir problemas cutáneos.
Bowe apunta que son cuatro padecimientos de la piel, principalmente los que los probióticos podrían aliviar si se combinan con otros tratamientos dermatológicos:
- Acné
Según Bowe, algunos estudios han informado que usar probióticos mientras se consumen antibióticos para combatir el acné, mejora considerablemente la apariencia de la piel porque contribuyen a remover o limpiar las impurezas y los granitos.
- Eczema
Un estudio hecho en mujeres embarazadas que consumieron suplementos con probióticos unas semanas antes del parto, mostró que sus bebés (que tenían antecedentes familiares con eczema) disminuyeron su riesgo de dicho padecimiento.
- Rosácea
Las investigaciones sugieren que los probióticos disminuyen los síntomas de esta condición de la piel, tales como, enrojecimiento en mejillas, nariz, barbilla y frente. Además, se ha visto que estas ‘bacterias buenas’ protegen la barrera cutánea.
- Arrugas y líneas de expresión
Desafortunadamente los estudios sobre los beneficios antiedad de los probióticos aún no son concluyentes, pero Bowe dice que tal vez podrían ser efectivos para la producción de colágeno -proteína que da flexibilidad y firmeza a la piel-, así como para combatir los daños causados por el sol.
Lista de alimentos que contienen probióticos.
¿Sabías que hay 100 millones de bacterias en un yogurt?
Pero no sólo eso, el yogur es una fuente de proteína de calidad que ayudan a mantener el control del apetito y aporta péptidos de pequeño tamaño que regulan la tensión y pueden tener cierta acción contra la resistencia a la insulina. Aporta calcio y está prácticamente libre de lactosa.
Es muy importante que tomemos yogur natural, sin azúcar ni edulcorantes añadidos. Si podemos tomarlo ecológico mejor, ya que su aporte nutricional será mejor al proceder de animales mejor alimentados.
Asimismo, escogeremos preferentemente yogur de leche de cabra u oveja, ya que la leche de vaca es más inmunoestimuladora que estas (esto significa que puede ser perjudicial para personas sensibles, por ejemplo para enfermedades autoinmunes o si se padece acné). Aunque los veganos no toman lácteos, también hay yogures para ellos, puesto que la industria ha desarrollado yogures vegetales, pudiéndose así beneficiar de su acción probiótica aunque en este caso el contenido nutricional es bastante diferente.
Aceitunas y encurtidos
Cuando ponemos estos vegetales en salmorra y acidificamos ligeramente con vinagre aparecen levaduras y bacterias lácteasque mejoran sus propiedades nutricionales (eliminan el amargor y hacen más blanda la textura de la piel).
Estos microorganismos quedan fuertemente adheridos a la piel de los vegetales y en suspensión en la salmorra. Su número no es gigantesco como en el yogur, pero no es despreciable y, además, son otras especies, con lo que aumentamos la biodiversidad intestinal y van acompañadas de una fuente prebiótica, el vegetal. ¡Estos alimentos con probióticos son increíbles!
En este caso tenemos que tener cuidado con el aporte de sal, que puede ser elevado. También hay que tener en cuenta que muchas preparaciones industriales llevan muchos aditivos no deseables. Y lo más importante, si queremos beneficiarnos de su poder probiótico, tenemos que asegurarnos que sean artesanas, ya que las industriales sufren procesos térmicos de conservación demasiado fuertes que prácticamente destruyen todos los microorganismos.
El queso crudo
Si eres un amante de este alimento te encantará saber que el queso elaborado con leche cruda (en cuanto se pasteuriza pierde su contenido en bacterias) son particularmente ricos en probióticos, incluyendo los grupos thermophillus, bifudus, bulgaricus y acidophilus. En este caso aplica lo mismo que lo explicado para el yogur, preferentemente tomar queso de oveja y cabra y es un alimento probiótico al que los veganos no tienen acceso.
El kéfir de leche
El kéfir de leche es cada vez más conocido y está presente cada vez en más supermercados, ya que se antoja fundamental para la gente que decide seguir una dieta probiótica. Puedes encontrar kéfir de leche tanto ecológico como convencional, así como de leche de cabra y vaca, que son los más comunes. Su contenido en probióticos es algo mayor que el de un yogur pero en cambio la diversidad de microorganismos que aportan es muchísimo mayor.
El kéfir de agua
El kéfir de agua tiene un contenido mayor de microorganismos por ml que el yogur. Además, al ser prácticamente agua con microorganismos su absorción y acción es inmediata ya que no se invierten recursos metabólicos en digerir proteínas ni grasas lácteas, como sí ocurre en el yogur o en el kéfir de leche.
Es un probiótico alimento -bebida- saludable apto para veganos, vegetarianos, personas con sensiblidades alimentarias (lactosa, celíacos) y personas que siguen dietas específicas como la paleolítica o evolutiva.
Sauerkraut o col fermentada
El sauerkraut o col fermentada podría haberlo incluido con los encurtidos. De hecho se elabora del mismo modo, con salmuera. Lo he puesto aparte porque normalmente no hay que tener cuidado, casi siempre es crudo, no pasteurizado, con lo que nos aseguramos que sus microorganismos están vivos.
Tampoco es tan común en España como las aceitunas o encurtidos. Aunque en Estados Unidos y especialmente en Alemania y países aledaños sí es un alimento muy consumido. También es un gran prebiótico, con lo que combinamos la acción prebiótica-probiótica. Es apto para veganos, seguro que no hay ningún vegetariano o vegano que no consuma col fermentada, aunque a la población en general no le suene mucho.
Alimentos orientales, miso y tempeh
Aunque tienen características nutricionales diferentes he unido en un punto el miso y el tempeh. La razón es que ambos son alimentos orientales y tienes que ir a comercios especializados a comprarlos. Tampoco se consumen de forma regular por el conjunto de la población