Cuida a tus lunares, para que no sean más que un sexy accidente en la piel

Dice un antiguo refrán que ‘mujer lunarosa mujer hermosa’. Y es muy cierto, hasta que esos lunares y pecas tan sexys varían de color y forma y se convierten en un problema. En este post hablaremos de los lunares y las claves que debes conocer para cuidarlos.

Todas las personas tienen lunares en el cuerpo, algunos desde el momento en el que nacen y otros que se van formando, especialmente durante la pubertad. Se forman por una superproducción de melanina y no reportan ningún peligro, salvo que cambien de forma, de color, piquen, sangren o adquieran volumen.

Si queremos que esos lunares se mantengan como un accidente sin más en la piel, debemos cuidarlos a la hora de tomar el sol.

Los lunares y el sol: Precauciones

Los lunares se forman entre los 10 y los 20 primeros años de nuestra vida. Así que, durante estas dos primeras décadas hay que utilizar una protección solar muy elevada para evitar que los lunares surjan. Si ya es demasiado tarde para ti, al menos inténtalo con los niños.

Una vez que ya tenemos el lunar, debemos evitar que vaya a más, por lo que la crema con factor de protección muy alta es esencial. Opta por el SPF 50 para esa zona, si tu piel tiene ya muchos lunares, es una señal inequívoca de que es sensible al sol. Evita tomarlo entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde.

Aunque no estés tendido a orillas de la playa o en la piscina tomando el sol, los efectos del astro rey impactan en tu piel, de allí la importancia de proteger a diario las zonas con lunares con ese factor alto de bloqueador solar, aprovecharnos de la sombra, la sombrilla y el sombrero como históricos aliados de tus lunares.

Mucha gente tiene pecas desde la infancia o de forma hereditaria, pero éstas también pueden surgir en una piel lisa a consecuencia de las repetidas exposiciones al sol sin los cuidados adecuados. Otra causa de su aparición es el uso de anticonceptivos orales, cambios hormonales o el embarazo. Suelen concentrarse en la nariz y las mejillas, el escote, los hombros, la parte superior de la espalda y en los brazos.

Las pecas y el sol… precauciones

La gente con la piel y los ojos claros es más propensa a tener pecas, si es tu caso, extrema las precauciones con el sol para evitar que aparezcan. Utiliza la protección más alta y preferiblemente para pieles sensibles y ante todo evita las horas centrales del día para broncearte.

Hay gente que no tiene pecas de manera permanente sino que aparecen al exponerse al sol. De nuevo, lo mejor es utilizar la más alta protección en toda tu piel expuesta para evitar que surjan. Y como alternativa complementaria, una vez a la semana debes aplicarte un buen exfoliante para favorecer la renovación de la piel.

Es importantísimo que no te expongas al sol mientras estás en tratamiento con ciertos medicamentos como antibióticos o anticonceptivos orales, ya que favorecen la aparición de pecas.

Si además de proteger tus pecas para evitar que se multipliquen, quieres ocultarlas, tienes una solución… existe en el mercado un buen número de maquillajes solares, es decir, bases de maquillaje con un factor de protección solar muy alto.

Con los asuntos de la piel, no se juega y si tu caso es que tus pecas o lunares han comenzado a cambiar de color o de forma, por favor no tomes el sol y consulta con tu dermatólogo.

Existen señales para detectar lunares peligrosos. Si observas un lunar, llaga, protuberancia, marca, imperfección o cambio inusual en un área de la piel podría ser una advertencia de un tipo de cáncer de piel. Por eso, debes estar atento…

Atentos a los cambios

QUizás tienes un lunar que ha cambiado repentinamente de tamaño, forma o color. Una buena forma de identificar las señales habituales del melanoma es utilizar la regla ABCDE.

  • A de asimetría: que se refiere a que la mitad del lunar no corresponde a la otra parte.
  • B de bordes: cuando estos son irregulares, desiguales o poco definidos.
  • C de color: que ocurre cuando presenta sombras marrones o negras e incluso manchas rosadas, rojas, azules o blancas y el color no es uniforme.
  • D de diámetro: que hace énfasis en que si el lunar mide más de 6 mm de ancho podría ser melanoma.
  • E de evolución: lo cual se refiere a que el tamaño, forma o color del lunar están cambiando.

Otra señal de alerta es la sensación del lunar. Si de pronto sientes comezón, sensibilidad o dolor en el lunar que hace años tenía, podría indicar la existencia de un tipo de cáncer de piel.

También es importante notar los cambios de superficie del lunar. Si en los lunares se presenta descamación, exudación, sangrado, o la apariencia de una protuberancia o nódulo.

Otros factores que merecen especial atención están relacionados con llagas que puedan presentarse, lesiones que no cicatrizan, enrojecimiento más allá del borde o propagación del pigmento del borde de una mancha incluso hasta la piel circundante.

Ahora que ya sabes cómo identificar las señales de que un lunar podría ser peligroso, no olvides revisarte y acudir a tu médico de confianza… ¡Con los asuntos de la piel, no se juega!