Cálculos renales, ¡Uy como duelen!. Sólo quien presenta o ha experimentado este cuadro médico entenderá mi expresión. Sé por experiencia muy reciente, el dolor que podemos sentir y como es el proceso de recuperación de esta patología.
La litiasis renal, también denominada urolitiasis o nefrolitiasis, es una enfermedad causada por la presencia de cálculos o piedras en el interior de los riñones o de las vías urinarias (uréteres o vejiga).
Por lo general estos cálculos se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales se cristalicen y se unan. Según el lugar donde se forma un cálculo, puede ser el riñón o la vejiga; se puede denominar cálculo renal o cálculo vesical, respectivamente.
El dolor causado por un cálculo renal puede cambiar ya que su ubicación o intensidad puede aumentar a medida que se desplaza a través de las vías urinarias. La consulta inmediata al médico siempre nos evitará mayores dolores.
¿Qué provoca la formación de cálculos?
Los cálculos renales se producen cuando la cantidad de sustancias que forman cristales en la orina, como el calcio, el oxalato y el ácido úrico; es mayor a la que pueden diluir los líquidos presentes en esta. Al mismo tiempo, la orina puede carecer de sustancias que impidan que los cristales se adhieran unos a otros.
Además de factores como antecedentes familiares, cirugías o enfermedades digestivas, la deshidratación, ciertas dietas y no controlar nuestro peso, son hábitos que aumentan el riesgo de padecer cálculos renales.
(Lo que está en cursiva colocar como si fuese una cita “” para que se vea en la página como un bocadillo)
Evalúa tus síntomas
Un médico puede recomendarnos un tratamiento preventivo para disminuir el riesgo de tener cálculos renales, pero debemos estar atentos a los síntomas para evitar complicaciones, dado que también ocurre que un cálculo renal puede no causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por el riñón o hasta que pasa por el uréter.
Los síntomas más comunes de la litiasis renal son:
- Dolor intenso a los lados y en la parte posterior, debajo de las costillas
- Dolor que se extiende hacia la parte inferior del abdomen y hacia la ingle
- Dolor que viene en oleadas y cuya intensidad fluctúa
- Dolor al orinar
- Orina de color rosa, rojo o marrón
- Orina turbia o con olor desagradable
- Náuseas y vómitos
- Necesidad constante de orinar
- Micciones más frecuentes de lo usual
- Fiebre y escalofríos si existe una infección
Entre el 90 y el 95 por ciento de los cálculos pueden eliminarse de forma espontánea o mediante procedimientos poco agresivos, como la litotricia extracorpórea por ondas de choque, que consiste en romper los cálculos en pequeños fragmentos que se pueden expulsar más fácilmente, sobre todo si están situados en el uréter.
También es común la extracción endoscópica de los cálculos mediante una ureteroscopia, a través de los propios conductos urinarios, uretra, vejiga, etc.
En circunstancias especiales, los cálculos más grandes que causan una obstrucción pueden obligar a realizar una intervención quirúrgica para poder ser eliminados.
Vamos a prevenirlos.
Tomar mucho líquido es importante para tratar y prevenir todos los tipos de cálculos renales. Permanecer hidratado mantendrá la orina diluida. Esto hace más difícil que se formen los cálculos. Sin dudas el agua es lo mejor.
El refresco de jengibre (ginger ale), gaseosas de lima, limón y jugos de fruta también son excelentes.
En resumen, lo ideal es ingerir suficientes líquidos a lo largo del día para producir al menos 2 litros de orina cada 24 horas.